jueves, diciembre 06, 2007

De su paso por Saldungaray

Lo que sigue es un documento más que entusiasta a la hora de comprender, o al menos regocijarse con algunas imprudencias cometidas en las andanzas de nuestro paladín por la Provincia de Buenos Aires.

Dicen que fue en los alrededores de un moderno centro de compras, por justicia literaria, diremos que los hechos se sucedieron en cercanías al Fuerte Homenaje, un modesto juego de piezas de madera nacido del aburrimiento del carpintero del pueblo (que hacía a las veces de comisario), en las periferias de Saldungaray. (NdelE: cualquier lugar alejado de la plaza central es sin dudas periférico. Según notas de Catastro del año 1947, el casco urbano “se extiende a escasos metros más allá de la piedra fundamental”)
Lo concreto es que Roberto apareció en Saldungaray con intención dividida: por un lado le habían señalado el paraje como sede de una sociedad secreta dedicada a iguales objetivos; por el otro, la discusión reciente con Irma por poner bollos en el horno y siendo que éste no estaba para aquellos, lo llevó al tipo a pensar en un ramo de flores silvestres y únicas que actuaran de disculpas, o al menos, alivio en aquél malentendido.

Encaró Roberto su primer búsqueda y, aparentemente, falló al intento inicial. Habían pasado semanas, hasta que por medio de un soborno traducido en mates dulces, consiguió una declaración de El Carpintero: “Se habla de una sociedad secreta y fíjese que el funcionamiento es tal, que nada se sabe de ella, que acaso podría no existir. No tengo más que decirle”.

Anotó Roberto en su bitácora: “Es destacable el uso de Hileret para endulzar el mate, esto a mi entender demuestra no sólo el cuidado por la salud en que incurren los lugareños, sino su actualidad en la moda del país, seguramente pioneros en esta disciplina, más aún, si se tiene en cuenta que el producto en cuestión recién se introduce en el territorio argentino algunos años más tarde, por no decir 40

Y decíamos “aparentemente” más arriba, ya que entendió nuestro paladín que la ausencia de pruebas de una sociedad secreta no hace más que alimentar su existencia. Pensó: si el ñato este no miente: la chance de que esté (la sociedad secreta) aquí, aún es válida; en cambio si sus palabras fueron un engaño: no caben dudas.

Al cabo de dos lunas nuevas, Roberto abandonó la búsqueda. Nadie sabe los resultados de aquella. Lo cierto es que al pié de sus anotaciones figura en cursiva triunfal: “Ahora sé de qué se trata: en el cementerio está claro, sólo…” y aquí fue arrancada abruptamente la parte inferior de la hoja.

Se dedicó entonces de lleno a conseguir las flores para Irma, sin mayores resultados, no cabía dudas de que el otoño le jugaba en contra. Volvió a Buenos Aires y terminó comprando jazmines a un tipo en cercanías de un bar. Irma lo esperaba con pan recién horneado y sonrisa.

jueves, noviembre 29, 2007

De las enseñanzas de Roberto

Vale acompañar una advertencia que nos regaló nuestro paladín al enfrentar comentarios sobre la poca seriedad que tenían, en el año 1956, quienes alimentaban a los pollos en el criadero de Glew. Roberto en aquella oportunidad, y de manera socarrona, nos contó la siguiente historia:

Una mañana me levanté para ver si todo estaba en orden. Creí que si miraba seguramente podría establecer la diferencia entre lo normal y lo atípico.
El frío era notorio pero, sin dudas, de estar todo en orden, lo notaría.
Me levanté, abrí la ventana y por casualidad advertí que no todo estaba conforme la esperaba.
La gente caminaba por doquier, pero se regresaban sobre sus pasos, como buscando un papel que no habían dejado caer.
Le pude gritar a un joven intrépido que: "el sol sale por el este y yo por donde quiero"
[quizá la frase más conocida de nuestro héroe]

El joven se alejó de la ventana, me tomó del birrete (ignoro por que lo llevaba puesto) y con todo el esmero posible me dijo: "Querido, para vivir así, prendete fuego, sobrevividlo y decí a viva voz ¡Yo sobreviví a ello!"

Poco entendí con lo que decía el joven en ese momento, pero la que si puedo asegurar ahora es que si no hay un mínimo compromiso en lo que se hace, los médanos avanzan sobre la ruta. Es decir lo construido se cubre con un manto de olvido y dejadez.

Por ende, haciendo mías las palabras de ese degenerado les digo: "hagan sus cosas con esmero y sino quemen todo en un baldío".




Lo de Roberto es increíble, con nada nos dice algo, y con algo un montón.
Salud y suerte en el análisis de esta semblanza tan extraña.

Miguel Arquímedes Paspar Toot.
Encargado del Sector Piscolabis
del Club de Amigos de Don R. Gatto

miércoles, septiembre 26, 2007

De las Cintas de la Verdad... nuevamente

Las Cintas de la Verdad nos revelan otro misterio de nuestro referente.

La tapa del rollo dice Enseñanzas del Zaguán IX: al pasar por el zaguán de la casa el patriarca esboza otra historia que nos deja un excelente e impagable aprendizaje.

Sabemos, por palabras de Irma, que fue una tarde de agosto de 1986.
Se había levantado la copa hace algunas semanas, y en la mesa de la familia Gatto habían varias sillas vacías (no se lograban llenar todas debido a esa costumbre de ser mandados constantemente).
Pasamos a transcribir lo escuchado y por qué no oído.

En un concurrido bar y restaurante porteño, casi por seguro en Guerrin, había un mozo entrado en años.
Uno de esos mozos que detectan el pedido de cuenta por la mirada del comensal, uno que no necesita ver el gesto de sumatoria en el aire para detectar la voluntad de cerrar una mesita.
Era un mozo rápido, distinguido y conversador pero ante todo prolijo. Jamás un vuelco o un pedido equivocado.
El mozo referido antes de entregar la cuenta a los clientes escribía: “P.S.P.” y agregaba una módica suma; la cual incluía en la consumición, logrando un total redondo.
Los numerosos concurrentes pagaban cordialmente lo gastado y se retiraban satisfechos del lugar y del servicio que el mozo les había proporcionado (sin más comentarios).
En una ocasión, antes de pagar, pregunté
[es decir Don Roberto preguntó] al eficiente mozo qué significaba e incluía la sigla “P.S.P”.
El mozo contestó sonriendo y con viva complicidad:
- Por si pasa..., señor.


Las Cintas de la Verdad nos han ayudado a compartir un agradable momento.
Igualmente dicen que Don Enrique Mariscal tuvo oportunidad de escuchar las cintas y que el relato se encuentra perdido en alguno de sus libros.

Por las dudas me conformo con saber que fue Roberto Gatto quien inicialmente nos compartió el tema.

viernes, septiembre 14, 2007

Sobre el espionaje

Revisando los papeles de Don Roberto, encontré un documento que nos refleja la radical incursión de nuestro paladín dentro de las filas del espionaje a lo largo de la guerra fría.
Cabe aclarar que no nos referimos a la guerra entre los heladeros de Isidro Casanova, allá por el caluroso verano de 1948.
El documento sujeto a comentario es una (aparentemente inofensiva) postal que Don Roberto envío al apartado 1111 del Correo Central el 3 de octubre de 1971.
En el frente se aprecia un paisaje de la ruta nacional N° 2 en la etapa de forestación, y en el reverso se leen las siguientes líneas.


Denme otro nuevo espejo, no resulta inteligente que use este.
Fue roto una tarde tranquila allá en Santa Teresita ante medanos; entre tiros, indicaciones, dudas, oscuridad, enredaderas nacidas entre la tierra elevada.
Mañana antes de empezar las cuentas ordenadas naturalmente, trataré rápidamente alcanzar barrios anegados.

Nada da obligación de estar hasta inmolarse sobre Osvaldo, para obtener sabiduría.
A caballo ustedes buscarán alegría.
Las actitudes sólo fabrican escenas carentes, híbridas, aún sencillas de elaboración.
Esta nota trata realmente esconder gestos arbitrarios.
La actitud será tratar entre nosotros, gestar oscuros ideales desde esta Nación.
Terribles ideales fuerzan intrincados caminos, alcanzados desde antaño.
¡¡¡¡¡¡Seriedad!!!!!!!!!
Desde esta banquina oscura, especial sitio común, apto para acampar, remito credos responsables.
Espero oigan que unidad espero sueñen alcanzar.
Bronca, energía, nervios, desesperación, emoción, miedos, idealización, sabrán tener.

Adiós.

Respetos, entiendo aspiran.

Salud!!!



Obviamente tamaño disparate solo puede contener un mensaje en clave.
Hemos puesto a nuestros encargados de confeccionar la tabla de posiciones (expertos si los hay en descifrar acertijos) a trabajar en el tema.
El resultado alcanzado es:

Don Enrique Frutta está metido en el tema del contrabando de hisopos a Cuba. Las fechas de entrega las tengo identificadas. Debo escapar, creo que saben de mis tareas.

Esperamos Uds. también puedan resolver esta tarea de ingenio que Don Roberto supo encarar allá por el año 1971.

Salud y ojo, que de Roberto aún no han escuchado todo.

Atentamente,
Un admirador



NdE: Les regalamos la imagen de la postal.





NdE 2: Habiendo terminado la digitalización de este documento, Santiago Sintura, nuestro encargado de Asuntos Externos, es decir, Cadete, descubrió un diario encadenado, de autor desconocido al momento, en cuya página 87 figura, aparentemente como bosquejo de una esquela, lo que sigue:

Descargo
¿¿¿Te enteraste???
Don Roberto Gatto fue un famoso batidor, entregó a Frutta.
Terrible.
Igual me dijeron que fue debido a sus valores cívicos y su lucha contra el comunismo (un flagelo en esos días).
Hay que hacer un descargo a su favor.
Salud,
Otro admirador que advierte el punto


NdE 3: Terrible... ¿verdad?

viernes, septiembre 07, 2007

De las Cintas de la Verdad

Mandá Gatto se anima, logra vencer sus máximos prejuicios y post juicios. Se lanza a lo inimaginable.

Durante décadas se creyeron perdidas, pero las manos de un noble ratón de biblioteca, es decir Don Felipe Magolla*, pudieron dar un feliz final a tan ardua búsqueda. Nos referimos a las Cintas de la Verdad. Las Cintas fueron prácticamente un mito y solo se las conoce por tradición oral. Hasta ahora.

Nos tomamos la libertad, aquí en MG Ediciones de pasar a papel algunos pasajes de tan afamadas Cintas.
Varias hablan con holgura, ente otros temas, sobre qué se entiende por pobre tipo. Otras nos dan pautas para ser mandados con corrección. Las más tratan sobre como hacer un buen omelet y una salsa de poderes arcanos. Y las menos de cualquier cosa. En esta oportunidad no dudamos, y juntamos coraje, para acompañar un pasaje sobre el legado que Don Roberto dejó a los suyos mediante un relato verbal encriptado en las Cintas de la Verdad. Pasamos a transcribir:

[cabe advertir que se siente el ruido de una bandada pasar y el susurro de hojas al moverse por la fuerza del viento. También se percibe el crepitar de un fuego y los golpes en el suelo de botas que generan un seudo calor en quien las oprime contra el piso húmedo]

Miguel Mengano (en adelante MM): Che Pichuco, esto así no va. El frío está terrible. Yo creo que me estoy quedando duro.
Roberto Gatto (en adelante RG): Dale fresco, acordate que estamos acá por tu culpa. ¿Cómo vas a aceptar que te manden acá? ¿No te diste cuenta que era puro camelo?

MM: ¿Qué tiene que ver Jorge Kamelo en todo esto?
RG: No pelafustán, me refiero a que ¿cómo no te avivaste que era puro cuento?

MM: Parecía tan real el pedido que no dudé que me mandaban en serio. Vos sabés que yo no puedo dejar de aceptar un mandato. Viste qué loco esto de que el fuego no arranque. Es casi violento el frío que siento. Yo me pongo a cantar y listo... ya que el que canta sus penas espanta.... ¿y a vos qué te parece?... y... dale ¿te quedaste mudo?
RG: Estoy preocupado. Bah, Mirá la verdad es que me estoy acordando de Irma.

MM: Y dale con Irma, todo el día Irma. ¿No podés pensar en otra cosa?
RG: No, y lo sabés bien. Voy a decirte algo que nadie sabe hasta ahora. Tengo ganas de preparar el epitafio para mi tumba. Quiero que diga lo siguiente: "Porque sí, porque no, porque racatacatá".

MM: Pero.... ¡eso es de Donald!
RG: No, es mío, yo se lo presté a ese pobre diablo. ¿Y a qué no sabés qué es racatacatá?

MM: Fácil, es un apoyo fonético para que esa triste canción tenga llegada. O como diría nuestro amigo Wimpi: un poco de "punch".
RG: No, es una clave y un enigma a descifrar para alcanzar un tesoro que tengo enterrado. Tengo un mapa y si se logra descifrar el juego de letras y aplicarlo al mapa se podrá alcanzar el tesoro. No es demasiado complejo. Hay gente ducha en el tema. Pero viste, a mi me gusta sembrar el misterio. Por eso es todo esto. Por las dudas te explico como revelar el misterio... [hay interferencias en la Cinta] ... bueno entonces, ya sabés: si algún día muero (algo inevitable por cierto), en mi epitafio quiero que figure esa frase. Si se le suma al mapa que tendré en mi mano derecha dentro del cajón se podrá saber dónde está enterrado el fabuloso tesoro. Desde ya te aviso que en Entre Ríos hay un niño que se llama Manrique. Es de frente prominente y él también comparte este secreto.

MM: Roberto perdé cuidado, yo me encargaré de que tu epitafio quede tal como lo querés. Eso si, no se si fue oportuno que hayamos hablado todo esto frente al wincofón. Estoy seguro que lo que dijimos quedó registrado en esa cinta. No sé si fue muy prudente.
RG: ¿Pero cómo? ¿Cómo no me avisaste antes? ¡Infeliz!


* Nota: Don Felipe Magolla encontró estas Cintas de la Verdad, cajoneadas en su despacho de la calle Tacuarí, en la famosa Oficina de Pago, que se trasladaría luego. No a otra dirección, si a otro propietario. Y que fuera, entre otras cosas, causa directa –la Oficina– de la, hasta hace instantes, bancarrota de Felipe, quien ahora colabora para Mandá Gatto.

lunes, septiembre 03, 2007

De la carta a Irma

Llegó hace un ratito una carta de Roberto (n.) (está muy agresivo):

“Creo que vale la pena, es una carta que él le mandó a su esposa allá por el ´78.
La carta tiene un pequeño encabezado reciente. Asimismo nos regala el apodo cariñoso con que se lo llamo durante a años a Don Roberto.
La carta dice:

"Esto fue lo que encontré, sin embargo creo que cumple con creces la expectativa de este pasquín...

Montevideo, 1978.


Amada Irma,
Estoy ayudando en esta dura tarea de mandar en la zona portuaria.
Entiendo que la selección ganó en un partido complicado. La tapa de "Goles" tiene una foto tuya. ¿Cómo puede ser? ¿Estoy loco o alucino?
Sobre todo extraño tus revueltos gramajo y las noches de tertulia en el café concert Stella Maris.
Me desvelo al alba y no siento el olor a fritanga que caracterizó nuestro nido de amor.
Cuento los días hasta mi regreso, razón por la cual no puedo fechar esta carta.
El otro día (el número 193) me encontré con mi amigo Paquito, su historia es triste pero te la resumo en cuatro palabras: es un pobre tipo.
Me contó que nunca sintió el gusto a una de esas baterías alcalinas, tampoco se mojó las medias en el baño, desconoce lo que es meter la mano en el inodoro para buscar una cadenita, jamás llegó tarde a un casorio y sobre todo nunca se quemó tomando mate.
Es desgarrador.
Pensar que el tipo vivió una vida en la cual creyó ser feliz.
Ahora está acá al lado mío, y te manda un cordial saludo.
Desconfío de él (y por eso no le deje leer lo que escribo), ya que la compañía de un pobre tipo seguro no me hará nada bien.
Pero es un lindo desafío, te dejo, me acaban de mandar a Tornquinst. Dicen que hay un pintoresco bolichón por allá.
Recordá que te recuerdo y mandale un fuerte besote a los pibes, decidles que su padre está cumpliendo como Dios manda.

Siempre tuyo,
Pichuco

sábado, abril 07, 2007

De sus comienzos con Irma

El verano del 45 chocó de frente con nuestro paladín en la península de Oristano.
En la no menos hermosa isla de Cerdeña.

Pocos habían estado allí correteando el mero objeto de lograr un mandato difícil, casi utópico.
Todos sabían que estaban listos para lograr una hazaña inalcanzable, pero quizá no todos la alcanzarían.
Solamente estaban persuadidos que a Don Roberto lo mandarían a la brevedad.
El lado aventurero de Don Roberto había ayudado a paliar los fríos del invierno inmediatamente anterior, y estaba (el lado aventurero) en condiciones de encaminar al golpeado grupo hacía el objetivo.
Era sin dudas, y hasta el momento, el mayor mandato sobre el cual se tenga conocimiento.
En ese contexto y llenos de dudas (para no variar), mas precisamente en la puerta de una fonda fue donde nuestro héroe conoció a quien ocuparía el rol de compañera durante el resto de su vida (y hasta el momento).
La gente le dice Irma, pero los amigos le decimos la Dulce.
Como el aroma que se respiraba en aquella dudosa fonda (aún cuando los que estuvieron dentro del lugar no dicen lo mismo sobre la brisa tonificante).
De la mano se los vio alejarse de aquel tugurio y se encaminaron hacia el carro que contenía toda la verdura para la comarca.
Sabemos según relatos del nieto de Roberto, que Irma se dedicaba a repartir la fruta y verdura por los alrededores.
El eje del carro estaba roto y el arreglar, entre ambos el entuerto, dio como único fruto una cristalización del tiempo.
Obviamente el grupo abandonó la fonda acéfalo y dicen quienes están en tema (Dios sabrá qué tema) que fue la primera y única oportunidad en que Don Roberto no pudo ser mandado.
Entendemos que este relato carece de marcas notorias, pero como toda historia de amor pierde el interés para quienes no la viven.

Por ende salvo que tomemos la decisión de inventar sucesos relacionados, con el primer encuentro entre los patriarcas de la dinastía Gatto, debemos contentarnos con esto.
Y si no se me van todos a Tornquinst que allí hay un bolichón muy acorde con lo que se merecen.
Mis respetos para todos aquellos que encuadren en la definición de pelafustán.
Que ya me puse sensible, la pucha digo,



Miguel Mengano
Presidente de la Comisión Permanente Amigos de Don Roberto Gatto.

NdelE: Atención hemos referenciado en números anteriores que Miguel Mengano se había peleado con Don Roberto por un criadero de pollos sito en Glew. pero la vida da muchas vueltas y hoy lo encuentra al mando de la Comisión.

Vale agregar que la Comisión está permanentemente organizando actividades recreativas relacionadas al actuar de nuestro paladín. Entre ellas cabe mencionar la bienal de arte oriental organizada en conjunto con la embajada de Sri Lanka y el consulado en Rosario de las Islas Salomón (declarado de interés nacional por el Ministerio de Economía de la Nación y la Liga de Amas de Casa).

domingo, abril 01, 2007

De los antepasados de Roberto

El documento que debería seguir data del 1863 y narra, en breves tintas, el conocimiento de los padres de Roberto Gatto entre sí. Parece ser que el bisabuelo, luego de haber transitado sus últimos cinco años tras las rejas, decide hacerse de un futuro, a costa del futuro de su propio hijo, y padre de nuestro héroe. Más tarde, diría Roberto: “Si para mi abuelo la calle fue la escuela, aquel lustro en prisión, fue la universidad”.

Decimos “debería”, porque el documento ha sido objeto de hurto. Y quien sabe qué más.

miércoles, marzo 28, 2007

De su vinculación con la pizzería Güerrín

Indudablemente la vida de mi abuelo (i.e. Roberto Gatto) tuvo sus orígenes en Buenos Aires, en la zona de Parque Chas. Un frió amanecer de verano lo iluminó por vez primera, allá por el año 1918.

Poco sabemos de sus padres (...) pero sabemos que muy de chico comenzó a despuntar su vicio de ser mandado.

Tenía 14 años (el salto temporal se debe a que nos reservamos los anteriores años para un potencial enriquecedor relato) cuando tuvo un importante mandato en su novel vida.

Atención, su más temprana edad se relaciona con la eterna pizzería Guerrín

La pizzería Güerrín está entre las más antiguas y tradicionales de la calle Corrientes, fue fundada hacia el año 1932 por el Sr. Arturo Malvezzi y el Sr. Guido Grondona que habían llegado de Italia en el año 1927.

A estos, apenas llegados al país se les impuso la idea de fundar una pizzería.

La propiedad elegida para este fin estaba ubicada en la calle Corrientes entre Uruguay y Talcahuano. El Sr. Malvezzi tenía pensado viajar a Francia para adquirir la propiedad ya que los propietarios de la misma estaban en Francia.

La idea no presentaba inconvenientes.

Esa mañana de julio de 1931, en la dársena norte, frente a la imponente nave Andrea Doria, un episodio marcaría el futuro de nuestro paladín (quien más que Roberto Gatto) ya que Don Malvezzi fue herido de muerte por un proyectil emanado Dios sabe de donde.

Nadie podía socorrer a éste (no nos referimos al proyectil), y el joven Roberto se estaba dedicando ínterin, a mandar algunos bártulos en zonas aledañas.

Socorrerlo y escuchar sus lamentos fueron un mismo acto. Se tardó menos que lo que demandan estas líneas en explicar el herido al paladín su propósito en el viejo continente, y fue entonces cuando Roberto optó por encaminarse al buque y enfrentar al ancho mar con el mandato del sucumbido italiano.

Muchas peripecias enfrentó en el viejo continente para lograr su cometido.

Advertimos de la mera existencia de la pizzería que su gestión fue fructífera y que el mandato fue logrado.

Asimismo nos señala el porque mi familia fue siempre agasajada con una porción de faina y un vasito de moscato en la brillosa barra de Guerrín.

Encararemos en las próximas entregas algunas de las funambulescas aventuras de Roberto Gatto en Europa y trataremos de recordar sus orígenes hasta que descubrió que si todos corrían detrás de la pelota el juego no es vistoso y los objetivos se confunden.

Roberto Gatto (.n)

De la sociedad Fulano – Mengano

Parece ser que antes de asociarse con Roberto Gatto, Miguel Mengano estuvo asociado a Juan Carlos Fulano

"El Correo Gallego", mediante una carta de lectores, firmada por Pedro G. Valadés\Vigo nos ilustra hábilmente lo sostenido en la línea anterior (aún cuando el idioma presente dificultad).

Paso a transcribir en su idioma de origen:

Malas artes
Fulano e Mengano deciden de mutuo acordo xuntar os seus respectivos capitais e montar un negocio. Negocio que sen a suma dos diñeiros de Fulano e dos diñeiros de Mengano sería imposíbel de botar a andar. Unha vez o negocio está xa en marcha deciden que, en función dunha pequena maior achega de diñeiros por parte do señor Fulano, sexa el o encargado, o director, o xerente do negocio conxunto.
Mais resulta que un bo día, ao chegar ás portas da tenda, o señor Mengano atópase coa nova da súa expulsión do negocio que até entón rexentaban Fulano e Mengano. A incríbel acción do encargado (lembremos, o señor Fulano), tiña na súa subxectiva opinión plena xustificación nun suposto non entendemento co seu socio.
E incluso o señor Fulano, o encargado, afirmou que desde o primeiro día tiña decidido, (planifido?) actuar como ao cabo actuou co seu socio, socio que lembremos achegou case o 50 % do capital preciso para botar a andar esta iniciativa.
Non son xurista. Ignoro se a figura legal que retrata feitos como este é fraude, estafa ou calote. Do que si teño plena certeza é do cualificativo que un feito coma este tería na rúa, un roubo. Con premeditación e alivosía. Un roubo con maiúsculas.
Pois esta é a situación que vivimos estes días desventurados en Vigo. O señor Ventura utiliza o capital achegado polo BNG para tomar a alcaldía e unha vez no despacho oficial do primeiro andar... Un goberno apoiado nas malas artes nunca pode ser un bo goberno.